viernes, 8 de abril de 2016

La voluntad fragmentada


Aparentemente, en numerosas ocasiones, sufrimos porque dudamos acerca de qué debemos hacer. Nos hacemos una lista de pros y contras y aún así no nos decidimos. 
Esto pasa con el trabajo, cuando ya no te llena y por las mañanas se te hace cuesta arriba prepararte para otra asqueante jornada pero necesitas el sueldo para vivir y, sin embargo, tampoco buscas otra cosa que te guste más.
Pasa con los hijos, cuando sufres cuando les riñes pero tampoco quieres consentirles todos los comportamientos para que, el día de mañana, no sean unos tiranos.
Sufres por la pareja cuando ves que no es el/la compañer@ que desearías que fuera, cuando sientes que no te apoya pero, aún así, te da tal miedo perderl@ y quedarte sol@, que no te atreves a dejarlo.
En definitiva, sufres cuando tienes la voluntad fragmentada, cuando no sabes hacia dónde tirar y, sin embargo, crees que tienes opciones, que eres tú quien tiene que saber qué decisión tomar.
Lo cierto es que la única decisión que depende de ti es la de elegir, a cada instante, estar en paz o en conflicto. Solo eso.
Eliges paz cuando aceptas vivir lo que estás viviendo, aceptando que tu realidad es ésa, en lugar de decirle NO a la vida constantemente. Luego ya verás lo que haces, pero de momento estás viviendo esto que estás viviendo y solo tu resistencia te provoca sufrimiento.
Eliges conflicto cuando te resistes a tu realidad, cuando alimentas los pensamientos que te dicen que eso no debería estar pasando, que necesitas que eso cambie para ser feliz porque así es imposible y mientras estás bloqueado porque no puedes dar el paso que te lleve a cambiar tu situación.
Si las cosas tienen que cambiar, cambiarán, por eso no te preocupes y, si no tomas la decisión tú, la tomará otro porque lo que tiene que ser, será.
El único cambio que de verdad te puede sacar de donde estás ocurre en tu mente, en tu forma de vivir, de ver la vida, de relacionarte con todo lo que te rodea. Y ese cambio no puede llevarlo a cabo nadie aparte de ti mismo, requiere de tu voluntad y de tu compromiso.
Por lo tanto, a cada momento, la única pregunta que vale la pena que te hagas es "¿elijo paz o conflicto?" porque ése es el único camino a la libertad. Todo lo demás son parches que pueden incluso hacerte creer que solucionan tus problemas, pero es cuestión de tiempo.
Y, en esta pregunta, elijo paz o conflicto, no puede haber fragmentación: una excluye a la otra. Como pasa siempre que algo es completo y real.

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