miércoles, 30 de diciembre de 2015

Figuritas

Me fascina esta historia, como me fascina la gente valiente que, pasando de todo y de todos, se centra en lo que de verdad ama: "Winston & Strawn es un bufé de abogados fundado en Chicago hace siglo y medio y que hoy cuenta con sedes en tres continentes. Una de sus jóvenes promesas a principios de la década del 2000 era Nathan Sawaya. Nacido en Colville, Washington, Sawaya había terminado estudios de derecho en la universidad de Nueva York y allí vivía trabajando doce o catorce horas diarias en el departamento corporativo de la firma. La mayoría de sus colegas prefería liberar la tensión del día en el gimnasio o entre copas, pero Sawaya huía a su apartamento y se encerraba a pintar o esculpir en arcilla. Insatisfecho con el material, insatisfecho en general, intentó también trabajar las esculturas en alambre y por un tiempo elaboró mosaicos con caramelos de colores." ..."Trabajaba entre 12 y 14 horas diarias hasta que, un día, decidió dejar su trabajo para dedicase a su verdadera pasión: hacer figuras de Lego"
Me imagino la cara de sus padres, de sus compañeros de despacho, de sus clientes, de sus amigos... el día en que les comunicó que lo dejaba todo para hacer figuritas con los Lego. Ya ves, nada más y nada menos que figuritas de Lego. A ver cómo se digiere eso. Apuesto a que todos pensarían que se le había ido la cabeza, que se había vuelto idiota. Porque cuando uno se sale de la norma, cara a los demás parece idiota, un iluminado, un irresponsable... 
Pero mira tú por dónde, después de ir dando tumbos pintando en arcilla, haciendo esculturas con alambres, creando mosaicos con caramelos y demás, este hombre ha triunfado con los Lego y sus exposiciones gustan mucho y sale en las noticias en España y es famoso. Pero, sobre todo, hace lo que le apasiona y ha tenido el coraje de mandar a tomar viento su trabajo, la opinión de los demás y los convencionalismos. Se ha dado el tiempo necesario para indagar qué es lo que realmente quiere y no ha desistido hasta que lo ha encontrado. 
Cuando ayer lo vi en la tele, me admiró muchísimo pero me puse a pensar en el hecho de que esta decisión la tomó en el 2000 y hasta 2011 nadie le invitó a que expusiera su obra. Es decir, tuvo la santa paciencia de perseguir su sueño durante 11 años sin más, solo porque amaba lo que hacía.
Cuando sabemos de él, ya es famoso, ya expone, ya es un referente. Pero me encantaría que me contara cómo ha vivido esos 11 años, creando figuras sin más, sin esperar nada a cambio. Porque eso es lo que realmente me admira, esa capacidad de poner pasión en las cosas solo para ti, sin esperar a que los demás te lo reconozcan, dejando de lado todo lo demás: tu posición social, tu dinero, tu estatus, la valoración de los demás. Quien es capaz de hacer eso, es grande. 
Normalmente, cuando vemos esto en los demás, nos admira, nos da una especie de envidia incluso, nos encantaría ser así. Pero queremos empezar por el final, queremos dejarlo todo para, pasado mañana, haber triunfado. Nos queremos cambiar por esta gente pero sin pasar por todo lo que ha pasado esa gente, algo rápido, instantáneo. 
Y claro, no es así. El camino no tiene por qué ser fácil ni corto. Y entonces nos asaltan las dudas y creemos que no lo lograremos porque, de repente, se nos olvida que no hay ninguna meta que conseguir, que la meta es hacer lo que nos apasiona, sin resultados, sin tener que agradar a nadie, sin premios, sin nada de nada, más que nuestra pasión. 
He aquí la escultura que, según él, representa ese cambio de mentalidad. Para mí, es abrirte a escuchar a ese guía que llevamos dentro.



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