martes, 1 de diciembre de 2015

No pudo ser y no fue. Y sin embargo...

Me queda la alegría de haberlo hecho lo mejor posible, era imposible pedir más porque no tenía más que ofrecer. Todo lo que soy es todo lo que di. De momento soy eso.
Me queda la satisfacción del camino recorrido, de saber que ha valido la pena, que ha sido un aprendizaje único para mí, nunca antes había aprendido tanto. 
Me queda la gratitud del que sabe que ha recibido lo máximo que le podían dar, no había nada más que dar. 
Me queda la experiencia de ser feliz en mitad de la tristeza (he conseguido aprender que la felicidad es una calma sostenida, no un pico de alegría).
Y, sobre todo, a mí, me quedan muchos recuerdos, bellos recuerdos y un enorme regusto a amor. 


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