viernes, 19 de junio de 2015

Es así y no queda otra


- Buenas, vengo porque me encuentro atrapado entre un pasado que no acaba y un futuro que no llega. Algo así como el día de la marmota.
- Bien, la solución es sencilla, que no fácil. Tan sencilla como perdonar.
- Ah, perfecto. Y ¿cómo se hace?
- Pues, para empezar, tiene usted que:
         1) Deshacerse de su ego, de sus exigencias, de su búsqueda de control, de sus pretendidas necesidades, de su necesidad de aceptación.
         2) Dejar de dar credibilidad a sus juicios, entendiendo que no son más que opiniones subjetivas derivadas del intento de proyectar afuera lo que se niega a ver en usted mismo.
         3) Desprenderse de sus apegos, entender que todo sufrimiento viene dado por el miedo a perder algo, algo que usted cree falsamente poseer y necesitar.
        4) Dejar de ver al otro como algo separado de usted mismo y darse cuenta de que, en realidad, el otro no pinta nada, que siempre se está usted relacionando consigo mismo. Por lo tanto, cuando siente que le hieren, es usted quien se hiere, cuando siente que le faltan al respeto, es usted quien se falta al respeto, cuando se siente amado, es usted quien se ama. Y así hasta el infinito.
       5) Hacerse responsable de absolutamente todo lo que le ocurra porque, realmente, no importa lo que ocurra sino cómo lo interpreta. Por tanto, si sufre es porque está percibiendo erróneamente, no por nada que haya ocurrido fuera.
       6) Aceptar su sentir y acogerlo aunque no le guste lo que está sintiendo. No rechazarlo, disfrazarlo o negarlo. Todo ocurre para algo, nada es porque sí.
       7) Y, por último, no hay excepciones ni grados a todo lo anterior. Eso no son sino excusas.
- Uffff. ¿Y no hay otra forma de salir de ésta?
- No.
- Bueno, pues ya si eso vuelvo otro día.
- Cuando quiera. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario