miércoles, 17 de junio de 2015

Tú la llevas


Me levanto por la noche a oscuras y, a pesar de no ver nada, decido que no vale la pena encender la luz porque, total, el baño está a dos pasos. De pronto, oigo un quejido del perro, le he pisado sin querer. Sin embargo, lejos de disculparme y acariciarlo para reconfortarlo, me enfado con él. "Joder, Nuno, es que siempre estás por el medio". 
Y ya está, ya tiene la culpa el perro y yo paso a ser la víctima.

Porque así es la culpa: es el juego inconsciente y automático de "tú la llevas".
Obviamente, el pobre perro lo único que ha hecho es llevarse un pisotón y, además, ni se ha enfadado conmigo ni me va a guardar rencor. Pero da lo mismo, porque yo me he sentido culpable y, en lugar de entender que no he podido verlo y que ha sido un accidente, lo primero que hago es rastrear a ver en quién puedo descargar esa culpa para yo poder recuperar mi inocencia. Y ahí está Nuno, ofreciéndose como culpable. Así que, de repente, se merece lo que le ha pasado y, si no, no haberse puesto en mi camino, que es que siempre estamos igual, no hay manera de que duerma en su cama.
Pues esto es así siempre, aún cuando no nos damos cuenta.
Nos pasamos la vida buscando culpables que carguen con nuestra sensación de ser erróneos, de habernos equivocado. Por mi culpa, por mi culpa, por mi grandísima culpa conjugado en segunda o tercera persona, plural o singular, cualquiera de ellas sirve. Porque en primera persona, seamos sinceros, da muy mal rollo y es una carga que no hay quien la quiera para sí.
Y calzarle la culpa a otro es tarea fácil, máxime cuando hay un perro de por medio que no te puede mirar atónito para, acto seguido, mandarte a cagar cuando, después de haberlo pisado, a él, que estaba tan tranquilo durmiendo, le cae la bronca.
Con los niños pasa tres cuartos de lo mismo, como no nos van a contestar por "respeto"... Pero el resto del personal tampoco se salva, solo que nos mordemos la lengua y los culpamos en silencio, o por la espalda.
La próxima vez prometo centrar mis esfuerzos en la idea de que, sea lo que sea lo que haya hecho, ha sido sin querer.
Así, todos contentos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario