viernes, 30 de octubre de 2015

Tener expectativas es limitarse


Además de ser la principal causa de infelicidad, la decepción y otros tipos de sufrimiento, creo que no somos conscientes de lo que nos auto-limitamos cada vez que nos creamos expectativas.
Si esperamos algo determinado y dependemos de que ocurra para ser felices, estamos negando el sinfín de opciones que no coinciden con nuestro deseo, rechazándolas de pleno. 
Es como el niño que dice "no" a la comida por su aspecto sin haberla probado antes, solo porque opina que no le va a gustar.
¿Y si nos abriéramos a la posibilidad de dejar de exigirle a la vida una forma determinada? ¿Y si dejáramos de lado el miedo a lo desconocido y probáramos otras cosas, aún sin haberlas planeado previamente? ¿Y si soltáramos la necesidad de control, de seguridad, de manipulación y, como única meta, aspirásemos a ser felices con cada experiencia vivida? ¿Y si dejáramos de nadar contra corriente entendiendo que, tarde o temprano, vamos a tener que abandonar la lucha porque contra la corriente no se puede luchar eternamente? Desgasta, siempre desgasta y tenemos las de perder.
La vida sería mucho más fácil y llevadera. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario